mis pinceles

24.2.09

Sara

"Si no saben volar, pierden el tiempo conmigo"
El lado oscuro del corazón

Se acabó eso de escupir cada noche
el verso que me sobra.
Aunque la locura sea la fragancia
que nos envuelve,
y nuestros gemidos espejos
de una brisa que nos libera.

Golpeo tu atardecer inacabado,
etiqueto tu piel con mis besos,
te nombro silenciosa en lo profano,
y aun así te voy a olvidar.

Me he vendido efímera a lo lejos
por si el ruido te atormentaba,
y nuestros espejos se han roto
por gritar versos que me faltaban.

Hoy ya no te necesito;
tal vez, tampoco mañana.

Puede que un día regrese volando
y tú ya hayas perdido las alas...

Paloma callejera

Fotografía de Iban Barbero



¿En qué piensan las palomas
cuando taquicárdicas alzan su vuelo?
¿En su mirada efervescente
Guardan recuerdos?
Las veo y me leo.
Yo era pequeña y envidiaba
Sus alas, su libertad, su ceguera…
Mientras perdía los pies corriendo
Tras ellas, y nunca las alcanzaba.
Qué pensarán de mí, cuando me ven
Sin alas, sin libertad, sin ceguera…
Cuando las envidio y las encuentro
En cada callejón, comiendo mierda ajena,
Escupiendo gritos de dolor,
mostrando desde el suelo su efimeridad,
Y en lo alto su eterna transparencia.
Qué duro ser paloma callejera,
Y volar, enseñando a los humanos
Que jamás seremos como ellas.
Aunque muramos en atardeceres
Y comamos de mierda ajena.

19.2.09

Invierno

Fotografía de Albert Lizasoain



Hoy me transita el cuerpo por las calles.
Voy fumando, por el camino,
una hoja otoñal que lentamente me consume.
Mis pies se sucumben en huecos inexistentes,
en la lucha incesante para abrir esa puerta lejana,
que me espera. Y cuanto más me acerco,
menos me queda; y pienso que la muerte
va envejeciendo hacia un olvido
(ahí es donde te resguardo)
incesante que me libera, que me calla
y me hace gritar sin eco;
como si en su mano me guardase eterna.
Y poco después, cuando la abre, mis gritos desesperan,
y se disipan otoñales…convirtiéndome en esa hoja
que me consume, que me asfixia en la miseria.

Invierno. Así me llaman.