mis pinceles

28.9.10

Recuerde el alma dormida...

Cuenten los minutos a través de un halo de luz.

Cuenten las melodías, los años, los días,

los versos que escriben mis uñas mordidas

en el crepúsculo ferviente de un ataúd.


Sacudan los vientos de la memoria,

oficien de poetas y vagos santos,

que la vida es puro llanto

jactado de vanagloria.


Y llegarán a la conclusión,

con un ápice de remordimiento,

de que alguna vez perderán la razón

por creer que existe el tiempo.

De amores secretos

Residuos de la desnudez que se esparcen

en la llanura espesa del recuerdo.

Porque os recuerdo, uno a uno, recuerdos.

Recuerdo ese ocaso en el puerto,

esos labios sin nombre,

esas sábanas que envolvían nuestros cuerpos,

esas palabras de niños,

esos sueños,

esos ojos azules de Ángel muerto,

esa infancia viva en nuestros dedos,

ese nido de aguijones,

raíles de trenes siniestros.

En este paisaje desierto

a veces me venís a la memoria

y de vez en cuando os recuerdo

como aves que ensalzan el vuelo

en esta cama baldía,

vacía, tardía

de amores promiscuos y secretos.