mis pinceles

16.10.10

Destino de lo incierto

Fotografía de Albert Lizasoain

Puede que nadie me lea.

Puede, tal vez,

que me arruguen los cajones olvidados,

con sus destinos inciertos,

asesinando lentamente mis palabras,

petrificando mi alma empedrada,

encerrándome en la memoria del recuerdo.

Y puede, tal vez,

que la poesía me sumerja

en el aire abstracto de tu fiebre,

en los pliegues de tu alcoba,

brisa alegre,

y que me esparzas

evaporando gritos

que serán como el gemido

de un poeta ya muerto.

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