Yo, medusa con espinas y asfixiada
por ese estornudo
que
no sale,
recito elegías a la gota invisible
que derrama mi vaso vacío.
Ya ven, con más arrugas que años,
un brazo a torcer ya roto
y un cenicero demasiado lleno,
la vida
me bosteza a diario.
Seca como la mojama.
Sin versos, apenas,
a duras penas
voy esquilando poemas
De amores sin sentido.
Todo lo dejo a medias:
hasta en la cama,
hasta este poema...
...si se le puede llamar así...
¡Atchhhhíiiis!
¡Atchhhhíiiis!