Como una diosa
dentro de una pecera,
vas derramando el agua
y lo esparces por el suelo.
Como una caracola de mar
tienes un universo por ver,
pero te encierras en tu guarida
enroscada y perdida
agraviándote escondida...
Pecera que pudre
el reloj de tu vida.
Te sublevas ante las miradas
sucias y perecederas,
que sólo quieren cautivar
las alas que guardas
en tu imaginación.
En tu mirada fragmentada
en tu búsqueda
de la Soledad,
sin saber que la tienes
en tus alas,
en tu mar.