mis pinceles

19.4.11

Innombrables reprimidos

Machos cabríos de lúgubre ensanche paquetil:
estaba a punto de ponerme los zapatos
para ir en busca de esa felicidad
que jamás supisteis darme.

No recuerdo ni vuestros nombres.
Sólo sois fantasmas vivos
con más polla que adverbio.

Sólo recuerdo vuestras camas estrechas, deshechas,
las llamadas a las cinco de la mañana,
los días innombrables de domingo y festivos,
la fiesta y el entierro eterno de la presa carne,
inútilmente superflua, adobada de perfume barato,
roída, imperdonable.

Sólo recuerdo el mantel de rosas
de vuestra puta madre
adornando el salón lleno de fotos infantiles.

Sólo recuerdo vuestras pecas dionisias
en el volcán efímero de la lucha armada,
los porros del después,
las falacias del antes,
los gemidos didácticos del mientras.

Sólo recuerdo el olvido en aguaceros achicados
de mis promiscuas mejillas.

Pero no recuerdo ni vuestros nombres.

Machos cabríos de lúgubre ensanche paquetil:
seguid buscando musas de piernas abiertas,
amantes predispuestas al amor de leche cortada.

Porque, a estas alturas, 
ya tengo más ovarios que agujero.
Y no me sé ni vuestros nombres...

15.4.11

Mesalina


Oh. 
No hay desidia
sin deshonra.
Ni caricia mejor
que tu lengua.
Ni sabor más 
salado
que el de tu oleaje,
desembarque
de pesqueros.
No hay mejor 
naufragio
que el de tus piernas abiertas 
como hilos
de farolas.
Ni transeúntes
distraídos.
Ni campos.
Ni amapolas.
Todo es agua bendita
en el cáliz del pecado.
En                              noches
más                                       oscuras
que                                                  negras.
En                                                            siluetas
que                                                                    fraguan
a la                                                                           izquierda
de mi                                                                                        cama.

14.4.11

La hora

"Cumple tus sueños y no te limites a roncarlos" Alberto Martínez Álvarez 

- ¡Vaya día de mierda!  
Suena el despertador demasiado temprano. Total, eso es lo de menos. Cuesta más pensar que madrugas para ir a un trabajo de mierda. Para cobrar tres euros la hora mientras tu gato se está lamiendo los cojones tumbado en la cama. Me gustaría ser un gato. Por lo menos llevaría mejor esta soledad a cuestas. En fin. Ni un puto beso de “buenos días”. Mi mujer cada día está más gorda y fea. Horrorosa. Y ahora, a la muy zorra, le ha dado por roncar. Toda la puta noche roncando como una cerda. Y claro, no le digas nada a la menopáusica de los cojones, que encima se te pone a llorar porque dice que no la saco a la calle los fines de semana. Si no se gastara todo mi sueldo en cremas antiarrugas, a lo mejor, podríamos salir a cenar de vez en cuando… ¡Y qué decir de mis hijos! Uno que vive de la sopa boba y la otra que es más tonta que un zapato. Y encima el jodido gato me llena de pelos el traje. ¡Y yo con estas ojeras por culpa de la zorra de mi mujer, que ronca toda la noche! Y bueno, el día no mejora. Me retiran el carnet por la mierda de los puntos y tengo que levantarme dos horas antes para coger el jodido autobús. Y, además, llueve. Ya ves. Mojadito que he ido al trabajo. Más mojado que la funda del sofá cuando al gato de los cojones le da por mearse encima. Así que, esquivando las mierdas del suelo y resbalándome constantemente, llego a la oficina. Y me encuentro a mi jefe con una puta carta de despido. Un “ERE”, que le llaman. Muchos años en la empresa. Necesitan renovar la plantilla: “debería hacer cursos de reciclaje de competencias e intentar evolucionar. Las nuevas tecnologías son las que rigen nuestra empresa actualmente. Usted ya no da el perfil”.
¡Hay que ser hijo de puta! Vamos, hombre…toda la puta vida en esta empresa cobrando una miseria y haciendo horas extra y encima me echa de un día para otro. Y ahora, ¿qué cojones hago? Me tendré que divorciar. Si la gorda de mi mujer solo me quiere porque la mantengo. Ya verás la gracia que le hace saber que me han despedido. Porque esa es otra: es un despido procedente y, claro, no me dan ni indemnización ni nada de nada. A dos velas que estoy, como lo he estado siempre sexualmente hablando. Porque, la verdad, antes podía irme de putas, pero ahora…no tengo dinero ni para que me hagan una mamada en el parque de al lado de casa. En fin. Y me queda, aun, medio día.
-          Disculpe. Pero yo solo le he preguntado la hora.

7.4.11

Castuera

Te miras insomne con los brazos abiertos.
Ni tan solo el mundo te espera
aunque tú, tampoco esperas al mundo.
Más bien os vais olvidando
como el que olvida el primer cobijo.
Entre tanto te agotas, te exprimes,
te desangras. Tus labios se secan.
Tu saliva ya no existe.
Posiblemente estés muerto.
Probablemente te vas muriendo
y te come la ausencia, el eco,
el llanto, el calor más hiriente.
Y te miras y no hay nada.
Solo tu reflejo invisible
y una gota roja que alimenta la tierra
y que se agolpa en el subsuelo,
cerca de tus huesos demacrados,
lejos de la masacre que te hizo muerto.