mis pinceles

30.11.10

Orgasmo poético

El orgasmo poético es un juego literario. Consiste en escribir versos sueltos, sin sentido, apocalípticamente improvisados de manera rápida y concisa.
El objetivo de este juego es conocerse a uno mismo, jugar con la improvisación, con el surrealismo, con todo lo que llevamos dentro y a veces no sabemos expresar por exceso de miedo o  vergüenza.
Para conseguir el orgasmo hacen falta mínimo dos personas. Cada uno escribe un verso (un verso cada uno) y se van alternando. Veamos un ejemplo:

tan cerca,pero a la vez tan lejos
tan lejos está tu cercanía..que la proximidad de lo lejano se vislumbra en tus mejillas
tu sonrisa,la disfruta otro.yo solo con mi eterna melancolia
melodiosa compañera, cansada solitaria del placer de tu mirada desteñida
fiel y desgarradora verdad,en mis años de batallas perdidas
batallas en las que gasté lo más verde de mi esperanza
y se desgasto todo el brillo de mis ojos
ahora..sólo camino arrodillado cual pésimo dueño de vestigios apagados
intentando encontrar una luz en el negro horizonte
un horizonte infinito..en el que se sumergen miles de sueños castigados por las arrugas del tiempo expectante
un tiempo que pasa por encima nuestro sin darnos tiempo de levantarnos
hasta que mis piernas se levantan de este cielo frío y descubro nuevas metas
metas con un futuro incierto y lejano
pero con presente próximo y cercano..tan cercana como tu antigua lejanía
y vuelvo a ti mejillas sonrojadas..a ti, como el hijo rechazado
y así te vuelvo a sentir..cómo me acoges en tus brazos
FELICIDAD

Como ven, se ha de respetar el juego. Ahora bien, si alguno de los dos consigue el orgasmo antes de tiempo, se puede permitir la licencia de terminar el poema a su manera.
Verán que, al principio, los versos no están bien conjugados ni tienen mucho sentido. Es lógico: cuando las palabras se conozcan  tardarán en abrazarse, en penetrarse, en sentir placer. Todo a su debido tiempo, señores. A medida que transcurre el poema, verán como poco a poco la cosa da su fruto.
Lo más probable es que, cuando terminen, noten una satisfacción muy parecida al desahogo emocional.
En el caso de que sean precoces o impotentes, acudan al libro o al poemario más cercano.
 

20.11.10

La paz de tu bostezo

Ni siquiera el frío aliento de noviembre
congela las vísceras de mis sábanas.
Y ahí ando, hacinada en el desvarío,
derramando el lúgubre y antiguo
recuerdo de tu brisa.
Ni siquiera en el soleado café de esta mañana,
en el que propugno manifiestos
con la sombra de tu ausencia,
te distingo.
El  fragor atlántico
del oleaje vertical afincado
entre mis piernas
abraza nuevos mundos
lejos de la paz de tu bostezo.

19.11.10

Canción de una breve ausencia


Paseo por las calles con esa soledad
que tienen las colillas en el suelo.
Y vuelo.
¡Vuelo!
Vuelo bajo tierra, con las ansias ardientes
de un pincel entre mis dedos.
Y te recorro.
Y te recuerdo.
Y te plasmo en las paredes,
en la sombra de mi tiempo.
Y te olvido
como olvidan los muertos
el día en que nacieron.
Y te olvido
como olvidan los vivos
el día en que murieron.

11.11.10

Ingredientes

Fotografía de Carlos Melero
 
Para morir hace falta un tacto suave,
como el que tiene tu cuerpo,
una sonrisa tangible, un aroma a recuerdo,
una bocanada de humo imaginario,
un diccionario de lenguajes inventados
que pronostique el movimiento de tu lengua,
unas horas muertas, intransigentes,
un dedo que dibuje tu ombligo,
una habitación desordenada,
una cama con alas,
alguien como tú.