mis pinceles

23.3.10

Poesía cuestionable

¿Qué parte de mí

sigue siendo mía


si me compongo de trozos

corporales alquilados

que no me devuelven,

si bebo de llanto incompleto,

si el espejo me mira transparente,

y yo sólo me veo

en los ojos efímeros

de cualquier anónimo


que me vacía?



Infierno

Desde que tengo memoria
no te recuerdo.
Es más, si te viese, como siempre,
por la calle, a plena luz del día,
con ese falso optimismo,
con esa sonrisa triste, irascible,
aparentemente azul,
no te reconocería.
Han pasado segundos
en mi imborrable calendario,
el bulto de mi vientre
ya no acoge lo mismo,
mi piel ya no sangra,
mi cuerpo inerte
ya no me desorienta.
Ha pasado tanto tiempo
que no recuerdo el tiempo pasado.
Sólo las tardes penetrantes
y un par de lágrimas
te diagnostican.

16.3.10

El sonido de tu suspiro

Pongan la música y reciten en voz alta.

Una nube grisácea.
Un abrazo infinito
bajo un paraguas
roto. Una vejez
instantánea
perdida en el suicidio.
Un recuerdo, una lágrima,
un delirio. Una brisa leve,
un silencio,
un sonido. Una noche
cualquiera. Un momento
preciso.
Un amor dulce, real,
sencillo. Simplemente
los versos vuelan
en mi boca. Simplemente
tú eres su camino;
un camino que brota
de la soledad
de tu suspiro.

15.3.10

Pantomima

La vida es un teatro
sin protagonista
shakesperiano.
Bomberos, terroristas,
números reciclados,
ratas y gatos, malabaristas
deambulantes y sopranos.

La vida es un suspiro,
un eco, una rima,
un...bahh, una pantomima.

14.3.10

Sensaciones de un aborto recién nacido

Flechas, balas, futbolines.
Bombas, mártires, cometas.
Llanto, suicidio, pintura.
Arte, muerte, música,
Versos, odio, horizontes,
Palabras, fronteras,
Cuerdas, libertad.
Silencio en el grito
Y sangre en el mar.

Golpe




Mi lagrimal se desprende

de sus ojos y todo me da asco

si me golpea

mi propio golpe.

Y al galope escribo

páginas en blanco,

y vivo tumbada

y muero enterrada

y abrazo el colapso azul

De tu mirada y, por fin,

te encuentro. Me atraganto.

Me detengo. Me disipo.

Me evaporo como la calada

que deshoja mi soledad

adolescente y cuando regreso

de las palabras leo el arco iris

negro que me revive. Y ahí

es cuando vivo.