Yo tenía una amiga
Que se llamaba Soledad.
Se pasaba todo el día
Enterrando muertos y sombras,
Sobras de la indiscreción,
Soledades de liturgia.
Y una noche demasiado oscura
Rodó por la escalera y cayó
En el hastío de la lágrima,
Suturó versos con sangre,
Envidia a carne viva,
Y mi amiga Soledad
Se fue. Y ahora estoy sola.
Para que quieres esas amigas?
ResponderEliminarMe agrada leerte,
no sabes cuanto.