Mi lagrimal se desprende
de sus ojos y todo me da asco
si me golpea
mi propio golpe.
Y al galope escribo
páginas en blanco,
y vivo tumbada
y muero enterrada
y abrazo el colapso azul
De tu mirada y, por fin,
te encuentro. Me atraganto.
Me detengo. Me disipo.
Me evaporo como la calada
que deshoja mi soledad
adolescente y cuando regreso
de las palabras leo el arco iris
negro que me revive. Y ahí
es cuando vivo.
Precioso- el arcoiris negro de tu vida-.
ResponderEliminarTu si que sabes.
Saludos.