Ni siquiera el frío aliento de noviembre
congela las vísceras de mis sábanas.
Y ahí ando, hacinada en el desvarío,
derramando el lúgubre y antiguo
recuerdo de tu brisa.
Ni siquiera en el soleado café de esta mañana,
en el que propugno manifiestos
con la sombra de tu ausencia,
te distingo.
El fragor atlántico
del oleaje vertical afincado
entre mis piernas
entre mis piernas
abraza nuevos mundos
lejos de la paz de tu bostezo.
¿Será más facil arrancarnos la piel ó dejar fluir los recuerdos que nos atenazan?
ResponderEliminardivino poema....como siempre muy original... hermoso hasta la proxima
ResponderEliminarpues que bien se enriedan tus pinceles... sigue haciendolo así... me ha fascinado...
ResponderEliminarDónde andarán esos pensamientos flagelados, hacia que nuevos mundos anidará ese cortejo que tienes afincado entre las piernas... puede que sea un lugar tan cercano que al mirar por la ventana ya no lo distingas.
ResponderEliminarMe ha encantado leerte.
Divino, el título ya me pareció apoteosico.
ResponderEliminarBesos.
Acabo de llegar desde el blog de Cenamor y me encantó tú poema. Me quedo un rato más enredado en tus pinceles y ya te digo, vale?
ResponderEliminarHasta otra
eloy
¿Del bostezo de quien?
ResponderEliminarEl día que lo decidas, los bostezos serán carcajadas. Y no, no habrá paz.
ResponderEliminar;-)
Que digo yo...que para que un ordenador escuchumirrío me lea tu maravilloso poema - y me lo destroce- ya me ofrezco yo a grabarlo con mi voz, si es que se puede colgar por aquí, eso. Queda lanzada la oferta, si te sirve de algo.
ResponderEliminarFdo: El fotógrafo delicuescente ;)
Una pregunta... :$
ResponderEliminar¿Qué significa hacinada?
Hola, Mei! Hacinada es amontonada, acumulada pero sin orden alguno.
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