Despréndete. Intranquilo intransigible.
Con sigilo.
Acurruca la nostalgia en párpados desorientados.
Muestra la venganza sin plato frío.
Sangra. ¡Devora!
Es hora de distinguirte, nostalgia,
del pasado imborrable, inoportuno.
Manifiesta la ignorancia.
Usa el verbo sin manifiestos.
Proclama la belleza del estúpido escaparate
De estandartes en dedos que mutilan.
Amontona el desgasto de lo inerte.
Destapa la vergüenza.
Despréndete de lo ajeno.
Sé la Nada en tu agonía.
Sin el último verso, todavía hay esperanzas, pero con el final, volvemos a la desesperación. O eso me ha parecido a mi y a mi apatía crónica.
ResponderEliminarHacía tiempo que no se veía nada nuevopor aqui de usted.
Sangre y devore, Sánchez, pero hágalo con mayor cadencia. Genera usted ansiedad en la espera...
ResponderEliminara tu disposicion... un saludo
ResponderEliminarTienes ese toque... ojalà que esas "órdenes" te sean obedecidas
ResponderEliminarUn saludo grande desde Medellín