Aquí el reloj no sirve.
Sólo cuento los segundos tabulados.
Las palabras surgen sin más
en un papel en blanco.
Nadie me dicta;
sólo mi recuerdo o mis ganas de olvidar.
A veces hasta vuelo y me siento libre.
A veces hasta sueño.
Aquí mando yo a través de mis dedos,
me convierto en pura esencia
y camino por un mar de versos.
Aquí el reloj no sirve.
Aquí se sirve al siervo.
.
Me apunto a cualquier lugar donde no reinen los relojes...
ResponderEliminarBesos.
Tampoco le dejes al tiempo tenerte de sirvienta. Ni cuentes los segundos que tabulas. Por que sino, siempre servirás en el pasado. Y el pasado no sirve ni mucho ni muy bien. Mejor vuela y sientete libre. Mejor sueña, y sigue sintiendote libre.
ResponderEliminarSaludos.
Me encanta, una vez más, la atmósfera. Ese "a veces hasta vuelo y me siento libre" o el "a veces hasta sueño" poseen una particular melancolía, como si estuvieras con la cabeza apoyada sobre la mano, siguiendo las agujas del reloj, y tratando de buscar un minuto de felicidad, que en el fondo no puede construirse, sino que es accidente y mera anécdota. A veces sueñas y eres libre... pero escribes genial y compones una imagen preciosa de ti misma. Estés como estés. Más que leer, da gusto mirar estos poemas.
ResponderEliminarSaludos.
Ojalá el tiempo nos diga mañana hacia qué dirección caminar.
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